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El aumento de salario: ¿Hasta qué punto es verdad?

30 Ene

Cada vez que escucho a la gente hablar de aumentos de salarios mínimos, siempre quedo con la misma sensación que indignación y lástima: asalariados tan inocentes y tan nobles al mismo tiempo!

Cuando las personas reciben un salario, solamente están recibiendo un número, que nada tiene que ver con el ingreso real. A “real” me refiero a la capacidad de comprar cosas o servicios con ese dinero. Si tuviéramos que restarle todo lo que disminuye su valor real, nos diéramos cuenta que, aunque existan aumentos de salario, podemos estar recibiendo menos. Pero, ¿Cuáles son esos agentes come-ingresos?

1.  La inflación: No es lo mismo un aumento de salario, que una indexación de salario.

El factor de diferencia es el índice inflacionario existente desde el último incremento del ingreso. Ejemplo: Si en enero 2012 yo ganaba 100, durante los siguientes 12 meses mi país de residencia tuvo una inflación de 10% acumulado y en enero 2013 me dicen que tengo un incremento salarial de 15% (es decir, que ahora gano 115), entonces tengo que restarle la inflación para saber qué parte es sólo indexación, y qué parte es aumento de verdad.  Por alguna extraña razón (que podríamos llamar ignorancia financiera), algunas personas se dejan confundir entre incremento y aumento: incremento salarial es la representación numérica mayor, mientras que aumento es valoración financiera mayor. Siguiendo con el ejercicio anterior, de ese 15% de incremento (mayor número) tengo un 10% de indexación (ajuste por inflación, para que yo pueda seguir comprando lo mismo que compraba el año pasado), y sólo un 5% es realmente un aumento (mayor valor).  Entonces, la próxima vez que te hablen de un “aumento”, detente a sacar estas cuentas, determina cuanto es indexación y cuanto es aumento, y párate con seguridad ante tu empleador y exige que las cosas sean llamadas por su nombre!

Inflación

 

2. Los impuestos:

Los impuestos son deducciones de tus ingresos, que debes pagarle al gobierno si o si (por algo se llaman impuestos!). Aunque los impuestos cumplen una función de mantenimiento del entorno en el que te envuelves (vialidad, seguridad, servicios sociales), en realidad son un conjunto de disminuciones de los ingresos solamente para quienes perciben salarios. Las empresas, que son entes financieros, contratan a expertos en impuestos que los ayudan a reducir a su máxima expresión, y en un entorno de legalidad total, la cantidad de impuestos que pagan, así que es casi imposible que sus desembolsos impositivos sean proporcionales a sus ingresos, de la manera como son los tuyos.  A tus ingresos se les deben restar básicamente dos tipos de impuestos: sobre la renta y sobre el valor agregado (IVA).  Por ejemplo: si mi salario es de 100 y en el país de residencia hay un IVA de 15%, es probable que se me vayan 15 solamente en impuestos al valor agregado, que pago cada vez que compro algún bien o pago un servicio. Adicionalmente, al finalizar el año debo pagar los impuestos sobre la renta de esos mismos 100 de salario, que pueden ser de un 30% aproximadamente, es decir 30. Al calcular cual fue mi ingreso verdadero, me encuentro con la sorpresa de que mis ingresos fueron solamente de 100-15-30= 55 solamente… ¿ahora ya entiendes porqué con un salario nunca vas a lograr una fortuna financiera?

impuestos y salario

 

Como siempre digo: sólo podemos controlar lo que medimos. Así que si quieres hacerte responsable de tus finanzas, primero debes sacar la cuenta de cuánto es tu verdadero ingreso, que nada tiene que ver con tu salario! Luego de eso, ya tendrás más claro el panorama y podrás comenzar a planificar cómo utilizarlo racionalmente, porque conoces con exactitud el monto que ingresa, y se queda, en tu bolsillo.

La Diferencia entre un Plan y un Sueño

19 Nov

Una de las mayores bendiciones que tenemos los seres humanos, es nuestra capacidad de soñar. Cuando miramos hacia el pasado, nos damos cuenta que todos los grandes avances tecnológicos y sociales se han dado a partir del sueño de alguien. Pero el sueño, a pesar de ser la fuente inagotable de lo posible, no es suficientemente poderoso en sí mismo para generar los cambios que deseamos. En este artículo conoceremos la diferencia entre lo etéreo de un sueño, y lo terrenal de un plan.

Dice Paulo Coelho “cuando tienes un sueño, el universo conspira para hacerlo realidad”. El sueño tiene la capacidad no sólo de estimular tu creatividad, sino de motivar tus acciones. Siempre recuerdo que a mis 7 años decía que iba a graduarme de administradora de la primera universidad de mi país (cuyo proceso de selección era bastante exigente), y mi mamá me veía con ojos de amor y me decía: “claro que si, tu vas a ser grande”… pero el tono de su voz escondía el temor de un posible trauma futuro, dada la dificultad de acceso a esa universidad.

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Y tal vez mi mamá tenía razón, puesto que mi sentencia hablaba de un sueño y no de un plan. Un plan es la organización de acciones, recursos y tiempo para hacer un sueño realidad. Un plan es la incorporación de mi lado izquierdo del cerebro (racional) a eso que ya el lado derecho (creativo) tiene guardado como una posibilidad, y que mi corazón confía en que así será (pasión).

Para convertir un sueño en un plan, se necesitan dos cosas: El primero es la medición del sueño. No es lo mismo decir que quisieras tener un automóvil, a decir que quieres un Audi A3. No es lo mismo decir que quisieras tener un negocio, a decir que quieres crear una empresa pequeña, con tres empleados y dedicada a la planificación de eventos corporativos con un capital de… Cuando tu sueño tiene números precisos, valores y montos, ya estás dimensionando el sueño.

El segundo paso para convertir el sueño en un plan es la acción enfocada. Camilo Cruz, en su libro El Factor X, compara la acción dispersa y la acción enfocada, con el poder de iluminación de un bombillo convencional con respecto al de una luz láser. La cantidad de energía utilizada es básicamente la misma, pero el enfoque de la luz en un solo punto es lo que hace tan poderosa a la luz láser. Retomando mi sueño de ser administradora de la primera universidad del país, mi enfoque estuvo no sólo en lograr las mejores notas posibles en el colegio, sino en decidir cambiarme de la escuela privada donde estudiaba (donde saldría graduada en ciencias ó humanidades), para entrar a una institución pública donde podía salir graduada como bachiller mercantil en administración de personal (y que podía ser un excelente aval para ser aceptada en administración en la universidad).

En el terreno de las finanzas, que es mi especialidad, se habla de la riqueza en dos términos: tiempo y dinero. Cuando quieres pedir un crédito en el banco, no sólo te preguntan cuánto quieres y lo que vas a hacer con el dinero, sino también te piden el Plan de Negocio asociado a ese crédito. Es decir, si no tienes medido lo que vas a hacer con el dinero a través del tiempo, sencillamente tu sueño no es fácilmente alcanzable, y por ende el banco no confiará que el dinero del crédito rinda frutos (y que probablemente no tengas ni siquiera como devolver lo prestado).

Herramientas como planificación financiera, plan de acción, plan de negocios y estrategia, son las mejores técnicas que debes aprender si de verdad quieres hacer tus sueños realidad, puesto que son los canales con los cuales puedes conocer qué tan posible es traer tu idea de tu dimensión etérea a tu dimensión real con éxito. En mi caso, cada una de mis acciones estuvieron estratégicamente enfocadas para lograr ser aceptada en la carrera de administración de la primera universidad de mi país, desde los 7 años ya estaba clara de para donde iba, y a medida que pasaba el tiempo iba afinando mis acciones, siempre enfocada a lo que quería lograr a mis 16 años. Naturalmente, en Julio de 1995 recibí una de las mejores noticias que he podido recibir: fui aceptada en la carrera de Administración de la Universidad Central de Venezuela, había materializado mi sueño de niña.

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La diferencia entre tus sueños y tu realidad siempre va a estar asociada a tu capacidad de medir los primeros, y de enfocar tus acciones de hoy para eso que quieres en el futuro. No queda en manos de nadie, puesto que es única y exclusivamente tu responsabilidad. Si de verdad lo quieres, ve por ello!